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Tu que estas por venir:

  • Foto del escritor: Dr. Jonatan Escobar
    Dr. Jonatan Escobar
  • 26 jun 2022
  • 4 Min. de lectura

A ti que todavía no llegas, de hecho, no tengo la certeza de que existas. Largo tiempo te he esperado y por algunos instantes he considerado la posibilidad de que no vas a venir a mi vida, no obstante me haces falta; la vida actual sin ti, de hecho no es mala, cada uno de los aspectos de mi vida giran en armonía, he llegado a sospechar que quizás soy voraz y arrogante al no estar satisfecho con lo que tengo, insisto la vida me sonríe y quizás no tendría por qué pedir más de lo que ahora poseo, sin embargo me haces falta; he tratado de negar la necesidad de ti asumiendo la soledad como posibilidad y forma de vida, lo he meditado, y cuando he estado a punto de convencerme que jamás llegarás y que en efecto la soledad es la única alternativa, me encontraba hojeando uno de los libros de Nietzsche donde ha resaltado la frase: “Solo los Dioses y los animales pueden estar solos.” Han transcurrido los años y a mi existencia no hace acto de presencia mujer alguna que figure como candidata para ser eso que tanto deseo: “Lo que más quiero, lo que más pienso”; veo a mi alrededor relaciones que inician y concluyen de manera aleatoria y constante, que de alguna manera, la latente necesidad de compartir cosas, de compartir la vida concluye en la unión de dos individuos que profesan algún tipo de sentimiento mutuo; veo miles de mujeres pasar a mi lado de las cuales hasta ahora ninguna es para mí; he llegado a odiar la necesidad que tengo de ti puesto que la misma es grande, perpetua, inagotable y perseverante ante lo cual me invade el deseo de no seguir experimentando más la misma, puesto que sí no te tengo entonces: ¿Que hago con esos sentimientos?; ante tal necesidad he intentado dibujarte, esculpirte, imaginarte, crearte y sin embargo no puedo, pues desde luego que Dios no me permitirá alcanzar por medio del pensamiento la belleza de tu rostro y el fino diseño que impregna tus ojos, tampoco el color natural de tu pelo; será tonto querer imaginar el aroma que desprende tu piel por las mañanas y la sensación que se desatará en mi cuando fijes tu mirada en mi pupila, son cosas que sólo se acceden a la experiencia vivida, demasiado arrogante es querer suplantar eso con procesos mentales y abstracción. Aún no te tengo a mi lado pero te quiero; me aterra pensar que éstas son líneas vacías por que en verdad te digo que la esperanza de que vengas día con día me abandona; quiero estrecharte en mis brazos al tiempo que huelo tu pelo y beso tus labios partiendo de la premisa de que te amo, sin embargo me detengo y pienso ¿Seré digno de eso?, tal vez por eso no estás a mi lado, no sé qué tipo de personas son las merecedoras de vivir sensaciones de tal magnitud, por mi lado trato de actuar con mesura y sapiencia, trato de hacer lo correcto para que mis actos futuros y pasados no estropeen tu llegada, aun así no estás a mi lado; ¡Que calamidad!, tu no estas; aún no te conozco pero tu ausencia me comienza a pesar, no me queda más que racionalizar lo que está sucediendo: ¿No te merezco?, ¿No existes? o como dice Nietzsche ¿Soy un animal?. ¡Qué más da!, la necesidad que invade mi existencia crece paulatinamente, sólo será saciada cuando te pueda experimentar con la totalidad de mis sentidos, procurarte, atenderte y amarte serán la prioridad, serás la divina respuesta a mi intriga y dudas al tiempo que me sentiré afortunado y bendecido cuando tu calor corporal mitigue el frio que ésta soledad inflige en mi alma, serás como el líquido vital que disipa mi angustia y dolor, a tu lado la sensación que flagela mi existencia con ansiedades, miedo y vacío desaparecerá, a cambio, te prometo vigilar con particular recelo todas aquellas necesidades de tu persona que a mí competen, al tiempo que la lealtad y sentimientos de colosal magnitud serán la garantía de que serás amada y cuidada con fervor.


Dedico estas líneas antes de que la esperanza de que llegues se disuelva, es mi último grito de ayuda, dicha esperanza poco a poco se consume y antes de que se quiebre mi espíritu quiero dejar evidencia de que te estoy esperando y de que incluso ya te amo; ¿Por qué? No lo sé, siempre contemple el fenómeno de dos seres que se aman como algo divino, algo que sólo algunos elegidos están destinados a vivir; he atendido con estricta firmeza todo aquello que me importa, desde mi familia hasta mis intereses profesionales y académicos, instintivamente y a sobre manera también me importas, aun cuando no te conozco, aun cuando siquiera sé sí existes, no obstante seguiré esperando y si la vida misma y “El-Que-Todo-Lo-Sabe” en su sabiduría han dictado que viva hasta el fin de mis días con la necesidad de ti y tu ausencia, lo haré con honor y resignación acatando la estela de mi destino, sí por otro lado la vida y Dios me han de condonar con tu presencia en mi existencia asumo que la vida adquirirá matices únicos al momento inimaginables para mi limitada conciencia, lo viviré con exaltación vivenciando el don exclusivo sólo de algunos individuos, el de dar y recibir amor con cualidades divinas no propias de éste mundo, más allá de toda vivencia previa, más allá de la carne o de lo fraterno, más allá de mis necesidades, más allá del bien y del mal.

 
 
 

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